Hablando de: La Feria de los Libros
- Admin
- 30 abr 2017
- 2 Min. de lectura
Luces, bailes, brillo, alcohol y un tránsito de gente que se dispersa entre las pequeñas calles del centro histórico de la ciudad.
La mayoría trae vaso en mano o va a comprar alguna bebida en los puestos cercanos. Algunos otros tantos están atentos a los espectáculos que se presentan en los diferentes escenarios de la feria.

Otros tantos se quedan sentados, admirando el mar de gente que camina en dirección al jardín. Esta época en la ciudad es pintoresca. Cuando cientos de miles de personas de otros estados y países arriban a la ciudad, confluyendo las diferentes culturas, idiomas o costumbres. Todos con un fin: Divertirse.
Pero, ahí en el fondo, destacados por pequeños anuncios hechos a mano en cartulinas llamativas, están los libreros, aquellos que le buscan otro lado a la feria. Un lado cultural, que, desde un punto de vista, se ha ido perdiendo de poco a poco pese a los esfuerzos que se han hecho para reavivar la cultural.
Esto no quiere decir que todos los visitantes vienen solamente a la feria por el fin de tomar alcohol, bailar al son de la tambora y conocer otra ciudad distinta. Muchos de ellos vienen en busca de la cultura mexicana que descansa sobre Aguascalientes.
Es por es que la Feria de los Libros es importante. Es un evento que debería de estar presente, año con año y sin dilación en la feria. No debería de escatimarse en lo que cultura respecta.
En los escenarios, donde se presentan distintos grupos, en las carpas donde los libros buscan una nueva morada en brazos de lectores ávidos que van a encontrarse con reliquias que pocas veces se encuentran.
Es por eso que la Feria es algo tan multivariado, la cultura, el baile e, incluso, el alcohol, confluyen en un solo centro, que no debe de perderse, para lograr ese pequeño equilibrio que existe en la verbena.
Y ¡Viva Aguascalientes! Por su puesto.
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